Martes, 29 de Marzo de 2005 10:04

La seducción del erotismo barroco.Las novelas trágicas de Jean Pierre Camus.

G.C. - C.M.
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Pocos escritores del siglo XVII en Francia han sentido la necesidad imperiosa de la palabra, ya sea en su forma escrita o en su expresión oral, como el obispo de Belley, Jean Pierre Camus. Pocos, como este prelado de la Iglesia, ha vivido la escritura como ese juego ritualizado del deseo que revela el proceso reversible de la seducción.

El Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba ha editado recientemente sus historias de amor y muerte, concebidas como un instrumento para conjurar el poder seductor de las pasiones, que las novelas ponen en escena, hasta constituir una manifestación ejemplar del erotismo barroco.

Pero, sobre todo, estas narraciones, que nos previenen contra los desastres de la pasión amorosa, ilustran, de manera paradójica, un doble proceso de seducción: por una parte el que se instaura entre el escritor y la escritura, como seducción especular. Por otra, el que tiene lugar entre la obra y el lector; como proceso tautológico de seducción de un texto que se revela más seductor que la propia seducción contra la que se erige.

José Reyes de la Rosa, profesor de Filología Francesa en la Universidad de Córdoba, firma este ensayo sobre un tipo de relato especialmente ilustrativo del barroco. Una época en la que el estudio de las pasiones era una preocupación mayor de filósofos, poetas, predicadores y directores de conciencia y en la que las historias trágicas, en cuyos propósitos edificantes no dejan de insistir sus autores, teñidas de un verismo tremendista de intencionalidad didáctica, se convertían en textos llenos de guiños al lector, donde dominan la paradoja y la ironía, pero que se sirven de todo el arsenal retórico de la tópica barroca para generar una ambigüedad moral soprendente.