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Lunes, 23 de Octubre de 2006 13:50

Científicos cordobeses investigan nuevos métodos biológicos para el control de plagas de algodón

G.C. - C.M.
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La contaminación medioambiental derivada de los insecticidas y productos químicos utilizados en las principales áreas algodoneras de Andalucía –Córdoba, Sevilla y Cádiz- ha llevado a los científicos a buscar soluciones, más allá de las meramente técnicas, para optimizar el rendimiento y asegurar la pervivencia de este cultivo en los campos andaluces pero, sobre todo, para reducir de forma drástica los niveles de contaminación derivados de esta actividad.

El Departamento de Ciencias y Recursos Agrícolas y Forestales de la Universidad de Córdoba, a través del grupo de Entomología Agroforestal que dirige Enrique Vargas Osuna, lleva más de 12 años investigando sobre el algodón. La línea principal de su trabajo se centra ahora en desarrollar posibles agentes biológicos para el control de plagas que sustituyan a los actuales tratamientos insecticidas.

El algodón es una planta que se caracteriza por recibir numerosos ataques de insectos, siendo sus principales enemigos tres especies de lepidópteros, cuyas orugas se alimentan de los órganos fructíferos de la planta (botones, flores y cápsulas): heliotis (Helicoverpa armigera), earias (Earias insulana) y gusano rosado (Pectinophora gossypiella). Para combatirlas se utilizan insecticidas de amplio espectro de acción que tienen el inconveniente de que afectan también a insectos útiles para el equilibrio del ecosistema e incluso son un riesgo para otros animales, incluidos pequeños mamíferos y aves.

La idea, según propone Enrique Vargas, es controlar las plagas de forma biológica con métodos que sean selectivos y, por tanto, no dañen el medio ambiente ni afecten a otros insectos (parásitos y depredadores) que resultan beneficiosos para la planta al realizar un control natural de las plagas.

El grupo dirigido por este científico desarrolla en la actualidad un proyecto financiado por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía centrado en conseguir algodón eminentemente ecológico. “Se trata de no usar abonos de síntesis, ni pesticidas y de controlar las plagas con alternativas biológicas, bien con insecticidas microbianos o bien a través de otras técnicas como pueden ser los ‘cultivos trampa’".

Sembrar maíz alrededor de un campo de algodón es un buen ejemplo. Algunos de los insectos que atacan al algodón prefieren el maíz para realizar la puesta de huevos. Pasado un tiempo, si en las lindes de un campo de algodón se observa una concentración alta de plagas en los maizales, éstos simplemente se destruyen”, explica este investigador.

Este grupo de científicos, a través de proyectos de investigación financiados por el Ministerio de Educación y Ciencia, vienen estudiando una bacteria que resulta útil para el control biológico de plagas en el algodón: el Bacillus thuringiensis. Esta bacteria se encuentra de forma natural en todo tipo de suelos y zonas geográficas y, aunque hasta el momento se desconoce cuál es su papel ecológico, tiene la particularidad de que puede matar insectos mediante intoxicación. Según explica Vargas, “se han descubierto muchas subespecies de este mismo bacilo y cada una de ellas es efectiva contra un grupo concreto de insectos, existiendo por tanto una especificidad de acción (para lepidópteros, coleópteros, etc.)”.

El equipo que dirige este investigador, en colaboración con otros grupos de la Universidad de Valencia, la Universidad Pública de Pamplona y la Universidad de Sevilla, se ha propuesto elaborar nuevos insecticidas naturales a partir de la selección del amplio espectro de toxinas contenidas en las cepas naturales de Bacillus thuringiensis para posteriormente probarlas en ensayos de campo.


( De " Andalucia investiga")