El equipo investigador del proyecto Diverfarming, financiado por la Comisión Europea acuerda una metodología común para evaluar el impacto medioambiental y socioeconómico de la combinación de cultivos frente a las prácticas de monocultivos y de altos insumos. 

Europa sigue impulsando los primeros trabajos de evaluación científica sobre las prácticas agrícolas basadas en la biodiversidad de cultivos. Lo ha hecho gracias al proyecto Diverfarming, cuyo equipo científico, liderado por Raúl Zornoza de la Universidad Politécnica de Cartagena, consensuó la pasada semana en Ameland (Netherlands) las metodologías y criterios que servirán para responder a la gran pregunta: ¿es realmente rentable combinar cultivos en un mismo terreno, sea mediante rotaciones o mediante cultivos simultáneos en el tiempo?

El equipo científico del proyecto europeo Diverfarming hace balance de su primer año de vida en Ameland (Holanda)

Alrededor de 60 integrantes de Diverfarming se dan cita en Ameland (Holanda) desde hoy hasta el próximo jueves 31 de mayo para celebrar la primera Reunión General Anual de este proyecto financiado por el programa Horizonte 2020 de la Comisión Europea. 

El proyecto Diverfarming mapea las prácticas más eficaces económica, social y medioambientalmente e inicia una fase de experimentación para ofrecer soluciones a los agricultores europeos

El olivar, protagonista principal de los paisajes andaluces, será más rentable y sufrirá menos problemas de erosión si comparte su protagonismo con otros cultivos. Intercalando oleaginosas para ganado, plantas aromáticas, medicinales o incluso aloe vera entre las calles del olivar crecerá su rendimiento. El empleo que este tipo de sistema de cultivo generará será clave para facilitar el anclaje de la población en zonas rurales y el relevo generacional, sobre todo en zonas de olivar de montaña o pendiente donde el abandono de la tierra suele ser más acusado.

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