Page 65 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR:
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
generar un conocimiento objetivo del pasado. Sin embargo, tras el Holocausto y la creación de las Naciones Unidas, las poblaciones víctimas de vulneraciones de derechos humanos hallaron un tiempo excepcional para alzar la voz y obtener justicia. Fue el momento exacto para entender que “la política actual no puede estar regida por la misma lógica que llevó a la barbarie” (Mate, 2008).
La memoria histórica como movimiento social está cargada de significación ética y política, y está relacionada con esas voces, la de las víctimas, que se alzan por encima de los discursos heterónomos de los vencedores. Se trata, además, de un movimiento cuyo empeño es recordar aquello que la historia oficial había condenado a la indiferencia. Esta lucha contra la impunidad y el olvido, en países que han sufrido violaciones sistemáticas de derechos humanos por parte del propio Estado, constituye un pilar fundamental para cimentar la legitimidad democrática. En este sentido, el tejido conectivo del Holocausto permite adentrarnos en otros conflictos y en una serie de debates que han resultado centrales para la memoria en el campo de la filosofía, la historia, las ciencias políticas, la psicología o las prácticas artísticas.
La primera persona en hablar de “memoria colectiva”, fue el psicólogo y sociólogo Maurice Halbwachs en torno a la Primera Guerra Mundial. En este primer asalto a la memoria sostiene que no existe una memoria individual como tal, sino que ésta se encuentra enmarcada dentro de un marco social de un determinado colectivo político, generacional, social, etc. que sirve como referencia en la construcción de memoria. El sujeto de este trabajo es una formación social cuya existencia tiene la forma de una determinada historia social cruzada inscrita por tensiones sociopolíticas. La memoria es un elemento constitutivo del sentimiento de identidad, tanto individual como colectiva, en la medida en que es un factor extremadamente importante del “sentimiento de continuidad y de coherencia de una persona o de un grupo en su reconstrucción de sí mismo” (Pollak, 1989).
Son numerosas y diversas las experiencias y autores contemporáneos que abogan por el
silencio colectivo a la expectativa de olvidar un pasado conflictivo. Los hay, como G. W. F. Hegel, que asume el costo humano y social del progreso y de la historia porque para avanzar es necesario “aplastar muchas flores inocentes”. O como Friedrich Nietzsche, que mantiene que “para vivir hay que olvidar”. Del mismo modo, reconoce la terrible carga que puede suponer un determinado pasado, pero teoriza en la necesidad de liberarse de
éste a través del olvido. En ocasiones, la incapacidad de asumir recuerdos sumamente atroces, como los que contiene el siglo XX, convoca a la necesidad de callar. La orientación del tratamiento de este asunto continúa siendo dispar en cada país. La cuestión se debate normalmente entre recordar u olvidar. Amnistía
procede etimológicamente de la palabra griega amnestia, que significa olvido. Éste, para algunas comunidades, puede ser útil, pragmático, u oportunista, pero nunca justo. Es por ello, que las constituciones nacidas después de la Segunda Guerra Mundial se resistieron a considerar la amnistía como una fórmula que encajara en el marco de un modelo democrático, ya que el olvido afecta a la verdad y a la concepción de la existencia de un acontecimiento.
Tras el Holocausto y los posteriores juicios de Núremberg, no remitieron las experiencias genocidas. Por el contrario, numerosos regímenes totalitarios, muchos también de corte militar- fascista, asolaron otros países. A la vanguardia de la lucha contra el fascismo, se encontró la Guerra Civil Española (1936-1939), la primera batalla de la democracia contra el fascismo europeo. No fue sólo en este aspecto en el que el conflicto español es la avanzadilla de otros procesos políticos, sociales, militares y culturales. La sublevación militar fascista ocurrida en España, el 18 de julio de 1936, contra el gobierno legítimo de la República, destruyó cualquier posibilidad de solucionar pacíficamente los problemas históricos que
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